Literatura

"El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necessario para vivir." Oscar Wilde

sábado, 6 de junio de 2009

El Libro de Férinand (fragmento)

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.....Cuando entré a la secundaria la mayoría hablaba de cuestiones eróticas y del mismo Eros que los contuvo en su poder como una curiosidad implacable, constante, y que no moría hasta encontrarse una verdad. He de acordarme que mi profesor de Formación Artística quedó encantado con mi trabajo acerca del color verde y sus formas renacentistas que encuadran a Venus. Creo que esa divinidad ha sido la que más encarnó en mi estabilidad como joven por su aroma, poesía y su inesperada huida a otra galaxia que tal vez no la encontremos por ahora, y no dudo que la hallemos: volverá hacia a mí y me vestirá en sus secretos.
.......—"No hay nada más bello que el cuello de la mujer, tan alto y fino, difícil de alcanzarse" —releía mi trabajo el profesor — excelente, joven Mondragón, excelente trabajo. De seguro usted será un gran escritor, como los pocos que ha habido en México. Es un intelectual concreto, y eso que tiene apenas catorce años.
.......—Como verá, obtuve una comparación acerca de los poderes seductivos de la primavera con la prohibición que impone la sociedad para evitar estos estímulos crueles del cuerpo. Creo que he logrado complacer conclusiones de quienes me leyeron.
.......— ¡Por supuesto, muchacho! No se puede negar que motivaste a muchos de los profesores para la investigación de tu trabajo señalados, sobre todo por la facilidad y dominio de palabras que desconocía sus sinonimias, y que por ti ya las he encontrado.
.......—Deberíamos hacer lo mismo, maestro.
.......—Claro que sí, muchacho, todo lo que quiera será lo mejor.
.......En la tarde llovía como se pueden apreciar en las esculturas romanas, húmedas por los costados y secas en los ojos. Mi hermano se distraía con los chicos de tercer año, felices de que entrarían a la preparatoria, con coche, mujer y sin tener que pedir permisos porque serían “autónomas”, lo que nunca seremos por más que lo gritemos. En cambio yo seguía sentado en un rincón, sin que me interesara ver otras cuestiones más que Úrsula, la osita más bella que pude haber conocido, jugando con las gotas del mar celestial. Las gotas caían suavemente en su blusa, en sus mejillas rosadas y en esos ojos claros que escondían la mayoría de los sueños. De seguro era tan hermosa de pequeña, y lo sería de grande, a pesar de que los años se comen la inteligencia de la belleza. Meditaba cómo sería entretenerme con ella como lo hacían sus amigas, en ese día de junio. Fue primer día de junio, y el último día de mayo. De pronto ella se fue a uno de los pequeños vestidores que contenía la escuela como si tuviese prisa de arribar a tal sitio. .......Entonces la seguí —Venus me suplicaba que la observara—, corrí lentamente y me detuve un poco para que ella ingresara al vestidor mientras yo la mirara por uno de los pequeños huecos flojos de las paredes. Se encerró e inquieta confeccionaba las paredes y los pequeños portones buscando algo importante… y lo halló. Uno de los chicos líderes de la escuela la esperaba sonriente, perversamente sonriéndole. La pequeña niña de inmediato lo saludó y se disfrazó de algo que no se le puede ver a una mujer por temor a encontrárselo. No era nada grato al principio ver los actos incultos, pero conforme pasaba el tiempo había algo bello en esa escena, una mariposita que abría las alas sin temor a equivocarse, y ella sabía que cometía un error.
.......Parecía que era una escena de las obras de Shakespeare, como las violetas-clavel, o el de las historias rusas que el amor conducía a todas esas pasiones, como los portugueses no saben diferenciar el amor con la pasión, somos para ellos enamorados durante todo el noviazgo y en el instante de contraer matrimonio, nos convertimos en novios para toda la vida. Así era la escena… tal vez ese tipo hubiera recitado mejor a ella una de las cartas de James Joyce que compuso para Nora Barnacle porque el fugitivo no tenía la menor idea de todos los silabarios que anunciaba, y que sin embargo ella no se quejaba por el enamoramiento que no le terminaba. Sus cosas indebidas me asustaban, e igualmente eran una de las formas más bellas que se pudieran lograr.
.......“¿Se tiene que hacer todo eso para demostrar que amas a la mujer?” cuestionaba a mí mismo… porque de amor no sabía cuál era la verdadera función, y no me interesaba conocerlo por ahora… quizás sí… ¿Quién sería mi primer amor? Era lo que me preguntaba… debía ser alguien de la escuela, sí, alguien de aquí porque mi único mundo es mi mente, y el de afuera es este lugar.
.......De inmediato la directora apareció en el cuadro, así que me escondí para que no me cuestionase de los actos. Se acercó a la puerta, y a pesar de que las gotas de lluvias arreciaban para dejarnos sordos, ella podía detectar los ruidos adentros del vestuario. Sacó sus llaves y abrió la puerta sin dificultad. Al ver a la chica con sus indebidos actos y el joven los regañó y los empujó hacia fuera, sin importarle si estaban dispuestos o lo contrario. Pobre de Úrsula, tan bella y angelical, esa tarde la recordé como una hiena hambrienta de comer la sexta manzana.
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